La comunidad del evangelista Marcos


LA COMUNIDAD DE MARCOS

La primera pregunta que nos plantearemos será:¿Cómo eran y qué problemas tenían los cristianos de Roma en aquella época?

Evidentemente la comunidad no se describe sistemáticamente a sí misma en el Evangelio, pero
si analizamos algunos textos-clave podemos hacer emerger del texto mismo una fotografía (virtual) de la comunidad que está allí implicada. Podríamos comenzar a tomar contacto con esta comunidad a partir de esta frase: “Buena es la sal. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros y tened paz unos con otros” (9,50)

Esta frase es una punta de iceberg de lo que está sucediendo en la comunidad cuando se redacta el Evangelio, es, pues, el reflejo de una de las preocupaciones que Marcos tiene con su comunidad.

Sociológicamente, la comunidad cristiana de Roma estaba formada por cristianos provenientes del paganismo, es decir, fundamentalmente no judíos. Son un pequeño grupo que vive en una situación de semiclandestinidad y a veces de total clandestinidad a causa de los periodos intermitentes de persecución que se producen en todo el Imperio y especialmente en la capital (Una de las persecuciones más fuertes del cristianismo, la de Nerón, tuvo lugar precisamente en el año 64 d.C.). Todo esto lleva a los cristianos a correr un cierto peligro de desarraigo: por una parte no se identifican con un Imperio que en ocasiones los declara enemigos públicos, por otra parte pueden sentir como ajena una fe en Jesús cuyo origen judío no comparten plenamente.

El escribe para las comunidades perseguidas del año 70 después de Cristo, que corrían el peligro de desanimarse. Ellas vivían en el sentido opuesto al imperio romano y querían saber cómo ser discípulos(as) de Jesús en esta situación difícil. Marcos responde presentando el caminar de los(as) primeros(as) discípulos(as) de Jesús, como un espejo para todos los que quieren seguir a Jesús"

La frase propia de Marcos “Tened sal en (dentro de) vosotros y tened paz unos con otros”, (9, 50) muestra que en la comunidad hay un problema serio de constancia, de fidelidad, de pasar de una
evangelización endeble, a una experiencia de Jesucristo a fondo, que se sostenga hasta las últimas consecuencias. En otras palabras, la obra completa de Jesús -que es la realización del proyecto de Dios- está por venirse al piso.
Vamos más a fondo, ¿Qué es lo que está sucediendo?
Precisamente el v.49 habla de la prueba de fuego de la comunidad que, si la interpretamos desde
13,9.12-13ª, se trata de la persecución vivida por la comunidad en la década del 60 y que probablemente sea la desatada en Roma y sus alrededores en tiempos neronianos, en la que
murieron Pedro y Pablo. Nos encontramos entonces con una comunidad en crisis, quizás la primera gran crisis que ellos viven en sus 20 años (o un poco más) de existencia. Es este momento, el panorama en la comunidad es de cansancio e inconsistencia: unos comenzaban a caer en la rutina y otros sentían la necesidad de aventurarse a explorar nuevos caminos en el estilo de vida, ciertamente problemáticos para la unidad de la comunidad.

Las alarmas de guerra que se mencionan en 13,5-8ª, probablemente se refieran a la primera guerra judía (años 66-70) que culmina con la profanación del templo, la cual les hace recordar la “abominación de la desolación” (cfr. 13,14) de los tiempos macabeos, la gran crisis interna del pueblo de Israel bajo la dominación griega (años 175-150 aC).

Lo cierto es que en los años 60’s la comunidad romana de Marcos ha sido testigo de la muerte de Pedro y Pablo, además de otros líderes de las comunidades; ella misma se siente fuertemente presionada por el ambiente romano y judío en su contexto social para que claudique de sus pretensiones de ser comunidad; además, internamente hay problemas muy serios en la comunidad, hechos concretos que han hecho que algunos se pregunten si no se están alejando de su razón de ser como comunidad que es “sal” en el mundo, si no se están alejando de Jesucristo.

Vale la pena que, junto con Marcos, observando algunas citas claves, que le tomemos el pulso a
la comunidad:

1. La comunidad de Marcos en su entorno social, religioso y cultural

¿Qué pasa en la interacción de la comunidad con su ambiente? o Con relación a Roma (Contexto político)
 Interrogados en los tribunales. 13,9b
 Sus casas y propiedades son allanadas. 13,15-19
 Se les niegan servicios “por ser de Cristo”. 9, 41

Con relación a los judíos (Contexto religioso)
 Interrogados en las sinagogas y castigados con azotes. 13,9ª
 Acusaciones de blasfemia y burlas por parte de los judíos. Las dos series de controversias con las autoridades judías en Mc 2,1-3,6 y el capítulo 12

Con relación al ambiente en general (Contexto cultural)
 Odiados por todos. 13,13ª
 Deseo de parecerse al mundo externo haciendo concesiones y perdiendo la profecía en el estilo de vida y de gobierno. 8,35-36 Cfr. 10,34

2. La comunidad de Marcos y su realidad interna
Los problemas no solo vienen de fuera, también hay problemas dentro. ¿Qué pasa internamente?

En el ejercicio de la misión
 Incapacidad frente a los nuevos desafíos (ya la obra no sale bien). 9,18
 Dificultad para que entren nuevos miembros porque se asustan con tantas exigencias 10,22.
 Sin embargo no paran de anunciar la buena noticia. 13,10
o En la configuración de la comunidad.
 Descuido en los procesos de formación. 9,36-37
 Deseo de imitar el estilo de gobierno de la sociedad civil. 10,42-43
 Fuga para los servicios más difíciles y tendencia a la instalación. 10,44-45
 Deserciones. 14,50-52
 Hay falsos discípulos. 13,22
 Se presentan falsos líderes pretendiendo se reencarnaciones de Cristo. 13,6
o En las relaciones comunitarias
 Luchas de poder. 9,34
 Partidismos. 10,41
 Humillación de los más pobres. 12,38-44
 Autosuficiencia. 10,28
 Minusvaloración de los niños. 10,13-15
 Escándalos morales. 9,42-47
 Fracasos familiares. 10,1-12
o En las relaciones con otras comunidades comunidades
 Censuras. 9,38-40

3. Los sentimientos que afloran frente a este panorama comunitario

Ciertamente hay crisis. La crisis se expresa como desaliento y escándalo con la propuesta de
Jesús: “El Señor nos pide mucho”, “es muy difícil seguirlo” (10,23), no será “¿esto será una
utopía inalcanzable?” (10,26). Pero la crisis de fondo es: ¿Qué sentido tiene el martirio?
¿Esto no es demasiado sacrificio? ¿Vale la pena seguir al Señor?

Pero en todo este colorido de la comunidad de Marcos hay que destacar también que hay puntos
luminosos y que lo dominante es su profunda fe. Por eso en el centro y en el final del Evangelio encontramos dos fuertes profesiones de fe que elevan su voz sobre el resto de la situación: la confesión fe de Pedro (Mc 8,27-30) y la confesión de fe del Centurión (Mc 15,39). Pero, como se ha dicho, es una fe siempre en camino y expuesta a muchas fragilidades, incluso, al fracaso total.

La semilla está en riesgo.
La razón de ser del Evangelio de Marcos: ¿Cómo le responde Marcos a su
comunidad? Marcos le responde a su comunidad con un nuevo anuncio del Evangelio: su enunciado primordial, su columna vertebral, su fuerza transformadora, sus “fundamentos”

“Comienzo (=Fundamento) de la Buena Noticia de Jesús a quien confesamos como el Cristo y el Hijo de Dios” (1,1) Hasta donde sabemos, Marcos es el primero que hace una nueva evangelización, que no es reevangelización sino un volver creativamente sobre los fundamentos del primer anuncio para darles una nueva expresión en la realidad de los años 60. Él es consciente de que es el Resucitado el que sigue dirigiendo su comunidad en las nuevas circunstancias de la historia y que, en consecuencia, el Señor está abriendo nuevos caminos (no es simple repetición de lo realizado 20 años atrás).

Marcos, entonces responde llevando a la comunidad a una fuerte contemplación del rostro de
Jesús: JESÚS ES EL MESÍAS FIEL, OBEDIENTE AL PADRE HASTA EL FINAL, el que vivió constantemente presionado y amenazado y siempre siguió adelante (1,14; 2,6- 7.16.18.24; 3,6; 8,11; 11,18; 12,13).
Marcos hace un nuevo llamado a la MARTIRÍA: todo discípulo es testigo con su vida y con su
palabra de la veracidad del Reino y por ello está llamado a ir hasta el fin. La verdadera martiría (marturiía) es la perseverancia, la firmeza profética en la opción frente a los antivalores del mundo. Marcosve, incluso, positiva toda esta situación, se trata de una maravillosa ocasión de fortalecimiento y de evangelización: “Para que deis testimonio ante ellos” (13,10). Pero las dos condiciones para el discípulo es:
 Que permanezca firme: “El que persevere hasta el fin, ése se salvará” (13,13)
 La revisión continua de la propia vida en medio de la “prueba de fuego”:
“Mirad por vosotros mismos” (13,9)
“Estad atentos y vigilad” (13,33; cfr. 13,37)

El relato de la pasión educará al discípulo en el ejercicio de la vigilancia (mostrando todos los
puntos que uno generalmente descuida y por donde generalmente comienzan - revientan las
crisis), condición para llegar hasta el final tomando la cruz.

¿Cuál es el fundamento de la propuesta de Marcos?
Veamos dos convicciones del evangelio de Marcos y que están detrás de la certeza que el tiene
en que responderá efectivamente a la realidad de su comunidad si les renueva el primer anuncio:

La primera es que si hay problemas no es por culpa de la opción. Si el árbol no llega a
fructificar no es por culpa de la semilla (cfr. Las parábolas de la semilla).

La segunda es que la clave está en la atención a los procesos. Marcos distingue dos tipos de
personas representadas en las dos higueras mencionadas en su ministerio en Jerusalén:
 Aquellos que se han cerrado voluntaria y definitivamente a la Palabra, ahí ya no hay
mucho que esperar: es la acción simbólico-profética de 11,20.
 Aquellos que tienen dificultades pero en los cuales hay signos de vida y por lo tanto hay
una fuerte esperanza: la higuera en la que asoman discretamente los brotes en 13,28.

Si la cuestión se plantea finalmente en casos “cerrados” (para los cuales el evangelio augurará
luego una nueva esperanza) y en casos “abiertos”, que es el caso de la comunidad con
dificultades pero de todas maneras con vitalidad, comienza a quedar claro que la obra de Jesús es básicamente creacional:
 Mc no teme utilizar, para calificar la obra de Jesús en uno de los sumarios, parafraseando los términos del Génesis: “Todo lo ha hecho bien” (7,37).
 La alusión frecuente a los vegetales en el evangelio de Marco y las escenas de mar caótico que se pone en orden, evocan acciones creacionales.
 El término preferido por Jesús en las grandes acciones de poder evoca acciones vivificadoras idénticas a la resurrección, es el término “Levántate” (egeiro): lo hace con el paralítico perdonado (2,11), con el pecador escogido como discípulo (2,14), con la vida truncada de una niña (5,43), con el niño al que los discípulos no fueron capaces de sanar (9,26), con el ciego marginado en el camino (10,50).

Marcos nos enseña (y lo enfatizaremos en los próximos abordajes que realizaremos del Evangelio) que la obra creadora de Jesús sólo es posible en la comunión con él. Por eso el acento que tiene el tema del seguimiento e igualmente la manera particular que tiene Marcos de
narrar los milagros, los diálogos con Jesús y los continuos contactos físicos entre Jesús y la gente. En otras palabras, la eficacia de la semilla poderosa del Reino supone la atmósfera de la
relacionalidad con Jesús en términos de ALIANZA con él. El “seguimiento” es la manera de
tejer procesualmente esta Alianza. Y el horizonte último de la alianza con Jesús es la comunión
con el Padre, de quién Jesús es el único hijo y a quién él nos conduce.
Es decir, el fundamento de la propuesta de Jesús es la ALIANZA. En el marco de la relación
“YO” – “TU” con Dios, siguiendo el camino de Jesús, el hombre se hace nuevo y es atingido por
la obra del Espíritu. El impulso de esta relación la da la CONFIANZA de Jesús en la persona a la que llama, su amor siempre primero y siempre fiel. Ya vimos la tremenda confianza que Jesús tiene con los discípulos que lo abandonaron; en realidad es una gran confianza en que su obra tiene eficacia, aún allí donde se puede haber perdido la esperanza. En esta confianza el discípulo se descubre a sí mismo: ¿Quién soy yo para ser amado y buscado de esta manera?, pero la respuesta sólo será posible si responde a esta otra ¿Quién eres tú, capaz de ir hasta el final por mí?


LA CONSTRUCCIÓN DEL EVANGELIO
Marcos es como un albañil, experimentado en muchas obras pequeñas, al que un buen día le proponen hacer una casa. Sabe aprovechar los materiales que haya y se pone a hacer la casa teniendo una idea general de lo que quiere hacer, pero que tendrá que ir adaptando según como vaya la obra.

Los materiales: Tradiciones recibidas por Marcos
Lo primero es ver los materiales que tenemos para hacer la casa. Marcos, para hacer su Evangelio cuenta con los siguientes:

 Una colección de parábolas (4, 1-34)
 Un discurso apocalíptico (13)
 La historia de la Pasión (14-16)
 Una larga serie de tradiciones orales, entre las que destacan bastantes relatos de milagros y que distribuirá por todo el Evangelio.
 Una experiencia personal de fe y vida cristiana.

Con estos materiales hay que hacer un Evangelio para los cristianos de Roma, por lo tanto habrá que usarlos según las necesidades de la comunidad: Marcos quiere corregir las ideas parciales de Jesús que comienzan a aparecer, al mismo tiempo debe mostrar a los cristianos de Roma que ellos, no judíos, tienen también un lugar entre los seguidores de Jesús y que las persecuciones no deben desanimarlos.

Los planos: Estrategias narrativas
Para dar respuesta a estas necesidades Marcos tiene dos grandes ideas que regirán todo el edificio: la distribución del tiempo, en la que será determinante la idea del secreto mesiánico y la distribución del espacio caracterizado por su oposición o aceptación de Jesús.

El secreto mesiánico
El tiempo en el Evangelio de Marcos está regido por una idea genial: el secreto mesiánico. El punto de partida es sencillo: Marcos conoce muchos relatos de milagros de Jesús y a partir de ellos quiere construir el armazón de la narración de su vida pública, pero se da cuenta de que con esto se corre el peligro de pensar en él simplemente como el que puede arreglarlo todo con una palabra. Basar la fe en Jesús simplemente en los milagros es un error grave, porque la verdad definitiva sobre él sólo se conoce a partir de su muerte y resurrección. Del mismo modo puede ser un error pensar que Jesús es Mesías y, a partir de nuestra propia idea de cómo debe ser un Mesías decidir de antemano cómo debe ser Jesús. Las cosas son al contrario, es conociendo a Jesús como descubrimos lo que significa realmente ser Mesías.

A lo largo de la primera parte del Evangelio se muestra cómo, a pesar de contemplar los milagros, nadie llega a descubrir quién es verdaderamente Jesús. Por eso Jesús aparece continuamente imponiendo silencio ante los intentos de divulgar sus acciones (Mc 1,44; 3,12; 5,43).

Las cosas cambian a partir de la confesión de Pedro en Cesarea de Felipe (Mc 8,27-30). A partir de este momento los discípulos creen saber quién es Jesús: el Mesías. Pero sus ideas sobre cómo debe ser un Mesías están equivocadas. Ahora a quien Jesús impondrá silencio es a sus discípulos después de la Transfiguración (Mc 9,2-13). Comenzará a instruirlos y el ritmo de la instrucción lo marcarán los anuncios de la Pasión (Mc 8,31-33; 9,30-32;10,32-34), porque sólo desde la cruz se podrá comprender lo que significa ser Mesías.

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Todo esto puede provocarnos a nosotros, lectores del siglo XXI, serias dudas: ¿Realmente hizo Jesús tantos milagros? ¿Sabía él con tanta certeza todo lo que iba a pasar? Son dudas importantes, pero para resolverlas debemos en primer lugar ponernos en el punto de partida de Marcos, que no es un historiador científico de nuestra época. Marcos sabe que Jesús realizó curaciones (y de eso podemos hoy estar seguros) y le llegan múltiples relatos sobre esas actuaciones de Jesús. Ante estos relatos él no se plantea si su origen es exacto o son fruto de la imaginación popular que atribuye cada vez más cosas a Jesús. La pregunta de Marcos ante los relatos de milagros no es: ¿es verdad que ocurrió esto exactamente así? sino: ¿qué verdad sobre Jesús puedo encontrar en este relato?

Esta es ya una enseñanza para nosotros como cristianos: la cuestión fundamental no es qué hizo exactamente Jesús (aunque esta sea una cuestión importante), sino, a partir de lo que hizo Jesús, qué es lo que hoy hace y puede hacer Jesús en mi vida. Esa es la cuestión que preocupó a Marcos y la que hace que su Evangelio no sea un resto arqueológico sino una enseñanza viva y actual. Podemos comprobar como Marcos mezcla en su Evangelio los verbos en pasado con los verbos en presente: para él Jesús no es solamente alguien que hizo cosas, sino que sigue actuando en el mundo porque está vivo y presente en la comunidad de sus seguidores.

Lo mismo ocurre con las predicciones de la Pasión. Por supuesto que Jesús fue cada vez más consciente de que su forma de actuar le granjeaba enemigos mortales y de que su vida estaba en juego, pero lo que Marcos quiere hacernos ver es todavía más importante: si queremos seguir a Jesús nosotros también debemos contar con la cruz en el horizonte de nuestro camino y no echarnos atrás.

LA GEOGRAFÍA DEL EVANGELIO
En Marcos el espacio se organiza poniendo en relación de oposición a unos lugares con otros. La oposición principal es entre Galilea y Jerusalén. Toda la primera parte del Evangelio se sitúa en torno a Galilea, después Jesús viaja a Judea y sube a Jerusalén, donde se desarrollan los acontecimientos de la Pasión. Las alusiones a Jerusalén que aparecen en la época galilea suelen tener un sentido hostil: de Jerusalén provienen los que no aceptan a Jesús y le plantean problemas (Mc 3,8; 3,22; 7,1).

Galilea es el lugar de la predicación del Evangelio, mientras que Jerusalén es el lugar de la cerrazón al anuncio de Jesús.
En Jerusalén muere Jesús, en Galilea se presenta resucitado (Mc 16,7).
Galilea, tierra donde conviven judíos y paganos, es el símbolo de la apertura universal del mensaje de Jesús.

Hay también otra oposición geográfica que se manifiesta en la primera parte del Evangelio, la que se sitúa entre la tierra donde hay judíos y la tierra donde hay paganos. Continuamente vemos a Jesús cruzando de la orilla judía a la orilla pagana del mar. Varias veces vemos como Jesús va a la parte judía, se encuentra con la oposición de los letrados y fariseos y vuelve a territorio pagano (Mc 6,53-7,24; 8,11-13).

Esta geografía tiene un sentido, Jesús no se deja encerrar en ningún lugar. Es el mismo Jesús el que inauguró el movimiento que tiene que impedir una y otra vez que el Evangelio quede encerrado en cualquier tipo de Jerusalén.

La construcción: pequeñas estructuras narrativas
Lo que hemos visto son los planos del Evangelio a nivel general, pero ahora Marcos se enfrenta a la tarea de convertir todo esto en un relato, para eso hará como un albañil que va construyendo habitación por habitación. Todo el Evangelio está formado por pequeñas estructuras narrativas que se unen para formar un conjunto armonioso.

Un ejemplo lo tenemos en la estancia en Cafarnaum (Mc 1,21-39) en donde Marcos nos ofrece un breve resumen de toda la actividad de Jesús. En Mc 4,35-5,20 se encadenan una serie de escenas que muestran las dificultades con las que se encuentra el anuncio del Evangelio entre los paganos y como finalmente se superan.

A veces Marcos usa estructuras más rebuscadas como la inclusión semítica, que consiste en mezclar dos relatos que se se iluminan mutuamente de modo que comienza con uno, lo deja inacabado, cuenta el segundo relato y termina contando el final del primero. Es como una especie de bocadillo en la que un relato queda encerrado en otro. Podemos buscar algunos ejemplos para intentar comprender como se relacionan entre sí las distintas cosas que se cuentan (Mc 11, 12-26; 14, 1-11; 14,53-15,15).

En otras ocasiones usa una construcción simétrica para contraponer dos realidades opuestas, como los éxitos y conflictos en la labor de Jesús (Mc 1,16-2,28) o su muerte y su resurrección (Mc 15,16-16,8).

La argamasa que une todo el edificio de este Evangelio es el estilo propio de Marcos, un narrador directo, que cuenta las cosas con cierta crudeza (Mc 9,19; 14,50) y sin buscar alardes literarios. También es propio de Marcos el fijarse en detalles concretos que no tienen ningún significado especial, pero que dan un toque de realidad y autenticidad a las escenas (Mc 2,3; 5,22; 5,42-43).

Podemos decir por tanto que el marco en el cual se desenvuelve este evangelio es muy similar (por no decir idéntico) al de la primitiva predicación apostólica, que comienza con Juan el Bautista y termina con la resurrección ( Hch. 10.36-43; 12.24-37).